El impuesto especial a los refrescos que se activo en el año 2014 en nuestro país se estableció con el fin de reducir la obesidad y los problemas de salud asociados con ella.
A diferencia de experiencias previas en otros países, el impuesto de $1 por litro en nuestro país es elevado, ya que representa el 10% del precio total. Aunque en un principio esta intención pareció favorable para la sociedad, se tendría que analizar si realmente ha reducido los índices de obesidad en México, ya que los costos actualmente siguen en aumento.
A continuación, te diremos tres razones por las cuales consideramos que este impuesto no ha afectado como pretendía a la sociedad con obesidad en nuestro país:
1.- El impuesto ha tenido un efecto muy pequeño en el consumo medio de refrescos
2.- El consumo de refrescos tiene un peso relatico en la ingesta calórica media de los mexicanos.
3.- Los individuos tienen una gran variedad de opciones para sustituir esa pequeña reducción en el consumo de refrescos con otros productos que pueden aportar incluso más calorías que los refrescos.
Sin embargo, ante el poco impacto que este impuesto ha tenido al menos en nuestro país, no se la logrado retirar de estos líquidos gaseosos, por lo cual seguimos pagándolo al consumir los productos, tengamos o no obesidad.
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